jueves, 12 de febrero de 2015

Al encuentro del palimpsesto

 R. L. EASTON, K.KNOX AND W. CHRISTENS-BARRY © PROPIETARIO DEL PALIMPSESTO DE ARQUÍMEDES
















Hace unos días alguien me comentó algo sobre un acto de homenaje a los asesinados de Charlie Hebdo y cuando lo hablé con unos compañeros a todos nos parecía como que ese desgraciado acontecimiento fuera algo remoto y poco relevante ya. Resulta que solo había pasado un mes desde el  terrible suceso. Todas las plumas y lápices afilados en favor de las libertades y contrarios a la barbarie vierten su tinta y desgastan su grafito en otras cuestiones de rabiosa actualidad.

Este hecho que vengo a criticar nos parece tan actual, tan oportunista casi, tan asociado al exceso del uso de las nuevas tecnologías de la comunicación en el siglo XXI, alguien diría que por el abuso de las redes sociales también y por la banalización de contenidos de los medios de comunicación tradicionales, donde las informaciones se quedan obsoletas en menos de 24 horas y es completamente imposible esperar un mínimo de análisis o reflexión desinteresada con cierto sosiego sobre temas que nos incumban por mor del cuerpo o del espíritu. 

Los palimpsestos son unos textos que ocultan otros que han sido borrados de ese soporte pero han dejado restos que con posterioridad han podido ser recuperados. De esta forma se han conocido obras fundamentales de nuestra cultura como algunas teorías matemáticas de Arquímedes  o escritos realmente trascendentes de Aristóteles, por ejemplo. En la literatura han supuesto no solo una fuente de inspiración para novelistas sino una forma de entender cómo o para qué se escribe, aportando conceptos tan interesantes como la intertextualidad. También han influido en la semiótica y otras disciplinas, pero eso lo dejamos para los expertos.

Hay dos aspectos del estudio de los palimpsestos que me llaman la atención: 

El motivo por el que se hacía la sustitución, que se debía normalmente a causas económicas y físicas como la falta de papiros y luego de papel o la falta de espacio para su almacenamiento y las causas filosóficas o políticas y religiosas, es decir, cuando la desaparición de textos era originada por sus contenidos. 

El otro aspecto que me resulta curioso es ver el orden de la sucesión de temáticas que ocultaban o conservaban, según se mire, estos legajos. Normalmente la sucesión solía ser la siguiente: ciencia, política, filosofía y, finalmente, religión. Supongo que ese orden atiende a una lógica histórica de nuestra civilización occidental, desde la incipiente Grecia hasta los monasterios medievales europeos, que es donde acaban guardados todos aquellos manuscritos.

LOGOS de Francois Bucher. Fotografía: Antonio Torres
Se podría concluir que lo de ocultar información y  machacarla con otra más novedosa es algo que ya practicaban en el siglo III antes de Cristo, por lo que considero erróneo achacarlo en nuestros días al uso de internet o a la crisis de las empresas editoriales y más bien lo entiendo como una maniobra del poder para manipular la información y la opinión de todos con fines muy concretos y casi siempre malvados. No debemos confundir la estrategia con el objetivo.

Desde esta perspectiva me puse a elucubrar sobre qué información había sustituido al terrible atentado y posterior "ajusticiamiento" de los presuntos culpables,  cuál otra se me venía a la cabeza que hubiera estado escondida tras aquellas en el virtual papiro y porqué estas tres noticias habían tenido alguna relación entre sí. 

El resultado de mis pesquisas fue que la noticia que tapó a la de Charlie Hebdo en España fue el adelanto de las elecciones en Cataluña y la que se vino a mi cabeza por haber sido tapada por estas era la de la matanza en la Playa del Tarajal (aunque esto último había ocurrido casi un año antes), donde murieron 15 inocentes a manos de miembros de las fuerzas de seguridad de nuestro país, en una suerte de juego macabro de barraca de feria en el que se disparaban bolas de goma y gas lacrimógeno  al mar para impedir que estas personas avanzaran nadando unos cuantos metros hasta tierra firme, empujadas por la miseria, el hambre y los reportajes televisivos sobre Cristiano Ronaldo. 

A veces al estudiar el palimpsesto de nuestra memoria reciente encuentras asociaciones que por ilógicas resultan ser las más perspicaces. No se si estoy haciendo una reivindicación  del "periodismo lento" como lo llaman ahora, o lo contrario.  Lo mejor o lo peor de todo esto es que seguiremos encontrando...


No hay comentarios:

Publicar un comentario